Antes de realizar el proceso de pintura, soldadura o medición de espesores en revestimientos refractarios, es necesario realizar el proceso de granallado.
ACFI lleva a cabo este servicio y en este artículo te contamos por qué resulta fundamental.
Primero, es importante aclarar que el silicato de aluminio es un abrasivo de un solo uso que combina una mezcla de aluminio, silicio y oxígeno. En formulación química, recibe la denominación Al2SiO5 y su uso habitual es el chorreado de superficies.
Aclarado este punto, ahora detallaremos las características ventajosas de emplear este material en el chorreado de los revestimientos refractarios, es decir, su aplicación como capa protectora a la hora de prepararlos para procesos posteriores:
- Elimina los óxidos de las superficies. Cuando se trata de estructuras metálicas que no son nuevas sino que ya existen, es necesario asegurar que no queden restos de óxido y cascarillas de laminación ya que tendrá mucho que ver con la integridad de la estructura completa.
- Proporciona un alisado de la superficie, sea en una estructura ya existente o nueva.
- En caso de desear otro tipo de textura, sea por razones estéticas o definidas para el proyecto, la granalla puede aportar ese plus.
- Es un tratamiento contra la decoloración, para el uso a largo plazo.
Desde ACFI aseguramos que el chorreado deje como mínimo el 95% de la superficie total libre de residuos. Lo logramos mediante un proceso cuidadoso, sin prisas, para remover todos los defectos arriba mencionados.
Finalmente, para obtener resultados perfectos, se elimina el polvo de abrasivo por medio de un aspirador, con aire comprimido limpio y seco, o con un cepillo limpio.
La multitud de proyectos realizados con desenlace satisfactorio avala nuestros servicios. Quedamos a tu entera disposición para atender tu solicitud o petición de más información.