Aunque la función que cumplen es la misma, en esencia hay 2 categorías de pernos de anclaje: los que se moldean in situ y los que se instalan a posteriori.
Ambas pueden variar en su forma, tamaño y variedad: varillas dobladas a 90 grados, con cabeza, con roscas en cada extremo o varillas completamente roscadas, entre otras.
En este artículo ofrecemos información para que compruebes las diferencias entre ambos métodos.
A continuación desglosamos las características más destacadas de cada categoría.
Por un lado, los pernos de anclaje instalados posteriormente son pernos de anclaje que se instalan después de que se haya colocado la base de cemento. Se perfora un agujero en el hormigón y luego se instala el ancla en el agujero. Dentro de está misma categoría, hay dos tipos principales de anclajes postinstalados: anclajes de expansión mecánica y anclajes adhesivos.
Primero, los anclajes de expansión mecánica se colocan en el orificio pretaladrado. Luego se expanden, apoyándose contra la superficie de hormigón.
Y los anclajes adhesivos, también conocidos como anclajes epoxi, son varillas completamente roscadas que se pueden suministrar en muchos grados y acabados diferentes y se pueden cortar a cualquier longitud requerida para una aplicación determinada.
Por otro lado, los anclajes moldeados in situ son pernos de anclaje que se moldean en cemento húmedo antes de que se fragüe. Normalmente, el perno de anclaje se instala en la cimentación, que luego se llena con hormigón húmedo, dejando expuesta solo la rosca saliente del perno de anclaje.
En general, estos pernos se usan cuando se requieren grandes longitudes de empotramiento y altas resistencias a la tracción para una carga dada.
¿Cuáles son los anclajes que necesitas? Cuéntanos tus necesidades y te asesoraremos sobre los que son más convenientes para tu caso.