Cuando hablamos de anclajes cerámicos nos referimos al conjunto de dos piezas que forman la abrazadera metálica y el cuerpo cerámico. Este cuerpo suele fabricarse a base de material sílicoaluminoso cocido, cuyo comportamiento es similar al del ladrillo.
Gracias a su diseño ranurado se favorece la correcta sujeción al hormigón.
A continuación encontrarás más información relevante acerca de su aplicación y características.
Los anclajes cerámicos se utilizan para sujetar hormigones plásticos y hormigones vertidos empleados en los revestimientos refractarios. En el caso de estos últimos, previamente deben haber sido parafinados ya que, de otro modo, podría haber roturas por la diferencia de dilataciones y provocar la caída del refractario.
(Nota: Si deseas saber más acerca de los revestimientos refractarios, lee este artículo de nuestro blog).
Por lo general, los anclajes cerámicos se colocan en los casos en los que se prevé que deban soportar altas temperaturas, sobre todo si exceden los 1.200 ºC. La razón es que en esos casos los anclajes metálicos no logran resistir el calor. Esta constituye una de las principales causas por las que decantarse por este material en lugar del anclaje metálico, aunque existen otras.
En ACFI disponemos de anclajes cerámicos, entre otras clases de métodos de sujeción. Fabricamos productos bajo demanda y además tenemos un extenso catálogo de anclajes cerámicos, que incluye diferentes formas y tamaños. Toda nuestra producción asegura una calidad perfecta.
También, disponemos de stock suficiente de materia prima para acortar los plazos de entrega. Y contamos con diferentes calidades.
Por ejemplo, algunas de ellas son la 1.4742, 2.4851, 1.4828, 1.4301, 253MA y más.
Ahora que ya sabes las principales propiedades de los anclajes cerámicos, ¿sabes cuáles necesitas para tu proyecto? No dudes en ponerte en contacto con nosotros y resolveremos todas tus dudas.